sábado, 7 de julio de 2007

Oda A San Pedro

corro por el universo,
tragando soles
y cometas,
violando astros
y constelaciones.
Sólo vago y vago,
corriendo,
cansándome el doble
de aquel que tranquilo
camina por el sideral
camino estrellado.
Andrómeda y Centauro
me han llamado,
para ascender a un astro,
sentarme junto a ellos
y fumar algo,
algo, algo, algo
que no haga subir
y compartir
al siguiente etéreo
astro,
volátil cual globo de helio,
grácil como los anillos de Urano,
y fumeta como halley y sus cometas,
Para luego bajar,
Pasear por la atmósfera,
hacer anillos de humo
sobre el ozono hirviendo,
exhalando sobre iones
eléctricos cual una
muñeca inflable
de ácido acetilsalicílico.
Bajo y bajo
y me ato,
me ato al arco iris,
al arco de la sublime perversión,
el elevado vicio...
y sobre él,
el místico barbudo
ha de hablarme
de chismes y alardes:
que murió Juana
por sobredosis de damajuana,
que a la del topless
le patearon el coño...
Y tú barbudo,
No tienes coño bajo la túnica?
Adiós...
esperen, sigo bajando.
Caigo a la cama,
despierto por la mañana
de cálida brisa,
dándome cuenta
de que todo esto
ha sido nada mas que un
vil sueño...
todavía sigo un tanto ebrio

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