Las güeas que caben en la cabeza de los tontos, andar diciendo por ahí, que somos todos hijos de dios, ovejas, hijos de un rebaño… Bueno entonces pues, yo no pertenezco a ninguna secta, menos donde van todos los señores gordos que huelen a colonias baratas, pero que debajo de todo ese pomposo vestir hay un olor a inmoralidad, que les sale por los poros… Como es que habrán dejado sus sabanas…Viejos cerdos. Tanta arrogancia, tanta hipocresía.
Bueno… En fin, yo no abrazo ninguna religión, por lo mismo, porque siento que sería muy insensato de mi parte… Ah, ya, de nuevo no… No, punto…
Esto es seguramente lo que prohíbe la iglesia, jajajajaja. La iglesia…
¿Puedo putiar?
Que cerdos que son todos, contentos y rebosantes, rosados y gordos, se ven muy bien así, alcanzando la escala al infierno, ciegos y mentirosos, tercos.
Todos caen al mismo saco, que se pudran todos. Incoherentes, hijos de puta, hijos de Jehová… Alabaré a mi señor dándole a conocer mi entrepiernas, y mi piel desnuda, pulcra, ¿que no es eso acaso lo que quieren?... Tener la vista en primera fila de la pureza, de los Ángeles, de la virgen… ¿del espíritu santo?...
Padre, pero ¿Por qué me mira tan sonrojado, sus piernas tiritan… hay un bulto al lado de su rosario, será que es la presencia del sirio milagroso, que quiere purificar mi carne, y penetrarme con la palabra de su silencio?...
Aaahhh, No se angustie hombre, si esto queda entre nosotros solamente, si quiere le pongo una carita virginal de niña linda con olor a jardín, para que se acuerde de mi y se vaya perfeccionando en su teoría y sus ganas de saborear el cielo… jajaja.
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